Ella me miró, y no pidió permiso,
con su labios que me ven fijamente,
con sus ojos que en espacios de silencio me seducen lentamente.
con su labios que me ven fijamente,
con sus ojos que en espacios de silencio me seducen lentamente.
Ella me miró, y no pidió permiso,
se introdujo a ocupar el lugar que ya sabia tenía
a decidirse compañera en el camino,
a declararse reina y dueña de mi sueños.
se introdujo a ocupar el lugar que ya sabia tenía
a decidirse compañera en el camino,
a declararse reina y dueña de mi sueños.
Ella me miró, y no pidió permiso,
y no entendió, pues ya sabía,
que aquí las verdades se dicen en silencio,
y las palabras se evaporan con el tiempo.
y no entendió, pues ya sabía,
que aquí las verdades se dicen en silencio,
y las palabras se evaporan con el tiempo.
Ella me miró, y yo no le pedí permiso,
le tomé la mano y me dejó llevarla lejos,
donde nuestros besos viajan lento,
pero tiempo impertinente nos empuja de regreso.
le tomé la mano y me dejó llevarla lejos,
donde nuestros besos viajan lento,
pero tiempo impertinente nos empuja de regreso.
Ella me miró, y todo el aire secuestró
y sin pensar siquiera en pensarlo
el futuro transformó,
y no, nunca pidió permiso.
y sin pensar siquiera en pensarlo
el futuro transformó,
y no, nunca pidió permiso.
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